Posted on 29 noviembre, 2011 in ABC Coaching, Coaching Individual, CoachingyPsicologia
Creo que es en Annie Hall donde Woody Allen contaba esta historia:
Hay un viejo chiste sobre dos ancianas que están en un hotel. Una dice: -“¡Qué mala es la comida!”, y la otra contesta: -“Si, y las raciones son tan pequeñas”.
Supongo que la verosimilitud de la cita se podrá cotejar en internet. Hay que tener cuidado con lo que se escribe en la Red porque antes se descubre a un inexacto que a un ignorante. En muchas ocasiones las quejas no significan mucho, salvo que la vida no es perfecta, y no influyen prácticamente en nuestro comportamiento, en el día a día.
Así, casi todas las mañanas, cuando tengo que madrugar para ir al trabajo, suelo rezongar lastimosamente sobre mi incómodo destino de laboriosa hormiga pero, sin embargo, tras la ducha, y una vez montado en el tren de mis hábitos diarios, el lamento queda atrás, arrinconado y sin efecto. El problema no es la queja en sí, que no deja de ser un mera reacción verbal o emocional producto de un mal momento. Si me corto afeitándome, me duele y me quejo; si me abandonan como a un perro chico, ladraré y aullaré, y me pondré a patear en busca de un nuevo hogar…o no. Pero, ¿y si resulta que cuando me quejo alguien me presta atención, me escucha, me echa cuentas, como dicen en Sevilla? Entonces la queja dejaría de ser una consecuencia natural para pasar a tener una función social.
“La diferencia entre las ratas y los seres humanos es que la mayoría de estos últimos seguirán en un túnel en el que no hay queso” . Quién se ha llevado mi queso, 1998. Spencer Johnson
El problema no son las quejas en sí, sino lo que hago (y hacen) con ellas. Quejarse, a uno mismo y/o a los demás, se ha puesto de moda, se ha convertido en una forma de comunicación en sí misma, en una forma muy frecuente de relacionarse con los demás. La queja es un pozo sin fondo como tema de conversación. Los que se quejan demandan atención y piden que se les den razones o se les de la razón (suelen ser sinónimos), y los que escuchan las lamentaciones se prestan inconscientemente al juego. También los profesionales de la orientación profesional, el coaching, la educación e incluso el management, que actúan sobre el pesimismo verbal intentando hacer ‘entrar en razón’ a sus clientes y animándolos: “la vida no es tan mala”, “te lo estás tomando a la tremenda”, “vamos, mañana será otro día!”…
¿Cómo debemos actuar antes aquéllos cuyo estilo de vida es la queja? Es más, ¿cómo deberían comportarse ellos mismos para no perder su energía y hacerla perder a los que les rodean? Sólo se me ocurren dos vías antagónicas: intentar racionalizar continuamente para encontrarle sentido a nuestros problemas o aceptar que la vida puede ser dura a veces y seguir con el plan marcado, dando el próximo paso previsto.
En esta sociedad de la felicidad, nos dicen y nos decimos que tenemos que sentirnos bien y tener ‘inteligencia emocional’ para así estar en condiciones de trabajar y vivir mejor. Pero ya hace más de un siglo que el creador de la psicología funcional, William James, acuñó el principio más efectivo para alcanzar el bienestar y para reducir las quejas y la insatisfacción que generan las propias obsesiones:
“El pájaro no canta porque es feliz sino que es feliz porque canta.”
Cada vez veo a más personas insatisfechas que analizan y vuelven a analizar sus problemas, y los convierten en objeto de conversación y rumiación social. Cada vez más personas esperan que la felicidad ‘llegue a sus vidas’ y acabe con la imperfección y la mediocridad de su día a día. Hace tiempo que dejaron de cantar esperando las ganas de cantar.
Quejarse no es especialmente negativo si no lo usas como excusa para abandonar la ruta o para dejarse ir al pairo. Y el verdadero problema se genera cuando la queja se ha convertido en tu estilo de vida y de relación. Los demás ya esperan esa actitud por tu parte y tú te sientes cómodo en el papel de experto en qué no hacer y qué no funciona.
¿Cómo evitar el yugo del negativismo? Haz planes, da pasos pequeños, mantente activo y no abras la boca salvo para hacer propuestas. ¿Un lema? “Te sientas como te sientas, pienses lo que pienses, haz lo que debes, lo que tienes previsto.”
Posted on 1 octubre, 2011 in Actualidad, Coaching Individual, CoachingyPsicologia
En www.coachingypsicologia.com.ar
Otro concepto fundamental de la tradición tántrica, el desapego, como conducta saludable a poner en práctica en múltiples circunstancias de nuestras vidas, nos recuerda lo inevitable:
¿cuántas veces te aferraste, -y quizás lo seguís haciendo-, a personas, situaciones e incluso objetos, … que ya no son significativos para vos … ?
Algunos pertenecerán a tu pasado, pero igualmente los tenés «muy presentes» en tus recuerdos, otros forman parte de tu vida actual, pero todos, sin duda alguna, te perturban, condicionan tu pensar y tu sentir, y no te dejan evolucionar, crecer, ni cambiarlos por otra cosa … Acá aparecen, casi como referencia obligada, las relaciones interpersonales frustradas (aquella pareja que te hizo tan mal …!, o por el contrario, aquella otra que te hizo tan bien, pero casualmente, ya no está más en tu vida …!!!), las relaciones familiares conflictivas (“-siempre me acuerdo que de chico mis padres no me dejaban, … querían que yo hiciera lo que ellos me decían … viste por qué yo no pude???”), las amistades frustradas, etc, etc.
Lo que sucede con todo aquello a lo que nos apegamos, es que tarde o temprano, termina limitándonos, se convierte en “nuestros anteojos para mirar el mundo”, es decir, los modelos mentales con los que pensamos cómo debe ser nuestra vida: nuestra familia, nuestra pareja, nuestro trabajo, nuestros vínculos. Y ni hablar aquí de que con todo esto REPETIMOS, -inconcientemente, podemos pensar, desde el psicoanálisis-, viejas conductas basadas en viejas experiencias que no pueden depararnos sino insatisfacción y conflicto: achican nuestro campo de acción, reiteran de un modo u otro resultados que no son precisamente los que queremos conseguir.
Por mejor que para vos sea algo o alguien, ¿CÓMO PODRÍAS DISFRUTARLO SI TE AFERRÁS INCONDICIONALMENTE? TODO AQUELLO A LO QUE NOS APEGAMOS, CON TODA NUESTRA ENERGÍA, TERMINA, DE UN MODO U OTRO, GENERÁNDONOS DOLOR E INSATISFACCIÓN. Y ELLO PORQUE EN LA MEDIDA EN QUE LO DESEAMOS, MÁS PERFECTO Y PERMANENTE LO CONSIDERAMOS … Y EL CAMINO DE LA SOBREVALORACIÓN, -vaya fantasía endeble si las hay!-, NO TE OLVIDES QUE LLEVA A LA DECEPCIÓN!!!
¿Cómo podrías utilizar la energía que ponés en cada persona y situación de tu vida para procurarte placer y satisfacción, en lugar de desembocar, en un momento u otro, en la incertidumbre, la desconfianza, indiferencia, conflicto o cualquier otra “emoción negativa”?
¿Cómo podrías identificar las cosas que te desaniman, te distraen del camino, te pueden frenar a veces y terminan por desconectarte de lo que deseás?
¿Te aferrás habitualmente a aquello que querés? ¿Qué resultados conseguís con ello?
¿Qué acciones generás para cortar el círculo de insatisfacción y de fracaso?
¿En qué aspectos de tu vida te sentís frenado o trabado? ¿Cuáles son las cosas que te obsesionan y te llevan a no hacer, a no accionar para probarte en la realidad y matar así algunos juicios que te pueden estar obstaculizando?
¿Cómo podrías salir de este círculo “no virtuoso” para abrirte a una percepción más posibilitadora de vos mismo, como persona que deseás y te conectás fervientemente con lo que querés lograr?
Como ves, son muchas las preguntas que podés ir haciéndote para salir del APEGO … CAMINO AL DESAPEGO. No te olvides que ÉSTE ES UN CAMINO DEL HACER, y que SOMOS LO QUE HACEMOS.
Lic. Mónica Reta.
Posted on 29 septiembre, 2011 in Actualidad, Coaching Individual, CoachingyPsicologia
En www.coachingypsicologia.com.ar
Hace un par de años hice mi iniciación tántrica … un curso para adentrarse en la milenaria disciplina del Tantra, dictado en pleno corazón de Buenos Aires, por Ossy, verdadero maestro e «iluminador» en la materia, si se me permite un término con un sentido muy clave para esta filosofía: la iluminación.
¿Qué me dejó esta iniciación? Una satisfactoria renovación de mis propias energías y una idea, por cierto muy iluminada (clara, cierta, plena) también, de las profundas coincidencias entre el Tantra, el psicoanálisis y el Coaching Ontológico …
“Somos seres trascendentalmente bellos …” frase tomada de la filosofía tántrica que no hace más que apuntar a la percepción que todos nosotros podemos tener, cada uno, de nosotros mismos. Y percibirnos de este modo nos permitirá conectarnos con la perfección de lo que sentimos, vemos, oímos, tocamos y en definitiva, experimentamos con cada uno de nuestros sentidos. Y aquí hago un punto para traer una reflexión: cuántas veces decimos, desde el Coaching, que percibimos de acuerdo a nuestros propios modelos mentales, a los “anteojos” con los que miramos el mundo???
Entonces, si te percibís como limitado e insignificante, tus experiencias con los otros y con el mundo, también lo serán. Este es uno de los secretos que el Tantra nos trae: lo importante es percibirse y pecibir, sentirse y sentir en una dimensión de satisfacción y goce, que te permita realmente experimentar esa satisfacción, en lugar de ver sólo frustración e insatisfacción … y terminar sintiendo que a cada paso es eso mismo lo que “encontrás”, y nunca cambia la cara de la moneda!!!
Si yo soy (me considero, me veo como) un ser maravilloso, mis experiencias con los otros … también serán maravillosas!!! Por si no lo recordabas, desde el C.O decimos además que, de acuerdo a cómo percibimos, actuamos … ¿casualidad o coincidencia de fuentes de saber? Y tenelo en cuenta. Si te percibís autolimitado … es muy difícil que encuentres caminos de éxito!!!
Lic. Mónica Reta.